sábado, 30 de octubre de 2010
Los primeros revolcones.
Bueno, pues ya está, ya tenemos la tabla, el invento y una perfumada pastilla de cera SEX WAX.
El mar ruge con su sonido característico. Son las olas que nos están llamando.
Ahora o nunca, la emoción te invade. Te ves de camino a la playa con tu tabla bajo del brazo, y con una sonrisa de oreja a oreja.
Ya en la arena dejas la tabla en el suelo y te atas el velcro del invento en el tobillo, ya está todo listo. Corres adentro del agua con la emoción de cuando eras un niño -siempre recordaré mi primera tabla de corcho -.
Empiezas a superar las primeras olas que te vienen de cara, hay que coger las olas cuando se están formando.
Ahora estás en el sitio adecuado, has visto un montón de videos de surf, sabes lo que hay que hacer de sobra, sólo hay que esperar a la ola adecuada.
Ahí viene, no es la siguiente, es esta, esta es la buena. Te tumbas en la tabla y empiezas a remar, la ola tiene que cogerte en marcha. La pequeña ondulación se ha convertido en una pared de agua, y viene a por tí.
Así que tu mente está en blanco y no te acuerdas de nada de todo lo que sabías de surf. La ola te coje a tí y tu insigificante pedazo tabla, y os lanza hacia delante como un par de troncos. La pared de agua te cae encima y te zambulle por unos segundos mientras tu tabla sigue el camino contrario.
No está mal. A esto habíamos venido, no?