Soy consciente de que donde vivo jamás habrá olas como en Hawaii o Australia, ni siquiera como las del Cantábrico o Portugal. Pero porqué renunciar a esa sensación de surfear una ola?
El mediterráneo es mi mar y pese a las comparaciones con otros lugares, estoy seguro de que me vá a dar ratos inolvidables encima de una tabla de surf.
Así pues, una vez elegido el lugar, hay que buscar una tabla.
Cuando eliges una tabla hay que tener en cuenta varias considereaciones: tu peso y estatura, tu nivel o experiencia y las olas con las que vas a pelearte.
En mi caso, ya que soy un taponcete de 1,66m, con nivel cero y las olas van a ser pequeñas y de corta duración, la mejor opción es una tabla modelo mini malibú. Es una tabla que usan los principiantes y además su tamaño ayuda a coger hasta las olas mas pequeñas.
Investigando por la red acabo por elegir un modelo de Bic de 7'9" - 2,38m de largo - y de un material mas pesado, un plástico que se presume indestructible.
Así pues, me decidí a comprarme mi primera tabla, que como se dice para el primer amor, supongo que nunca olvidaré.
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